viernes, junio 15, 2007

Laicos Super Star: una aproximación sobre su lugar en la Iglesia

por Lic. Guillermo Jorge Zuccoli
Sociólogo UBA



Ser laico en el mundo de hoy supone un desafío mayúsculo. No solamente por la misión fundamental que les fue encomendada a la luz del Concilio Vaticano, sino porque es en el desarrollo de esa misma misión, dónde, creativamente, y a partir de la diversidad de dones, se conforma, cada uno desde el lugar que le ha tocado, el Pueblo de Dios.



Pero nos encontramos con un pequeño problema en la acepción del término ya que convivimos diariamente con un doble significado del término laico.



Quiénes no forman parte de la Iglesia Católica, utilizan el adjetivo "laico" para referirse a todo aquello que es independiente de cualquier organización o confesión religiosa. Por ejemplo en la historia de nuestro país, se denomina enseñanza laica, a aquella educación que prescinde de contenidos religiosos. Aquí lo laical es sinónimo de anticlerical. Este modo de significar esta palabra tiene su origen en Francia, más precisamente en luchas políticas y religiosas en relación al mundo educativo. Laicizar es ir contra los intereses de la Iglesia Católica.



Paradójicamente, puertas adentro de la Iglesia, "por laicos se entiende aquí a todos los cristianos, excepto los miembros del orden sagrado y del estado religioso reconocido en la Iglesia. Son, pues, los cristianos que están incorporados a Cristo por el bautismo, que forman el Pueblo de Dios y que participan de las funciones de Cristo. Sacerdote, Profeta y Rey. Ellos realizan, según su condición, la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo".



Resumidamente: son aquellos miembros de la Iglesia que no conforman parte del clero. La palabra no refiere a ninguna connotación negativa con respecto a la jerarquía religiosa o la religión. Es una simple distinción entre los consagrados y los no consagrados. No ser consagrado no significa tener una misión menos importante.



¿Será éste significado dual, la causa de que muchos laicos, cristianamente hablando, no terminen de comprender su lugar fundamental en la Iglesia de hoy?



Quiénes tienen la gracia de ser laicos tienen como mandato descubrir el don que Dios le ha dado y ponerlo al servicio de los demás. Una de las características propias del mundo laico es la diversidad. Justamente la abundancia de dones diferentes entre si, que actúan solidariamente, hace que el cuerpo de la Iglesia tenga vida.



Formar parte activa en la creación del Pueblo de Dios es un regalo inmenso.




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